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¿Cómo llegaste a ser la mujer que nunca dejo de sentir?
¿Cuánto tiempo aún escucharé tu voz?

Callo y escucho borrosas memorias de voces lejanas,
de noches antiguas, lujuriosas, oscuras, taciturnas
y de puro corazón…

Y cuando no estés, evocaré al silencio
en las noches en que no pueda dormir…

Callo y escucho

Seductora geografía corporal que veda todo lenguaje sonoro; libidinosa piel desnuda legible para el braile de mi lengua que se pierde por el mundo inexplorado que tu cuerpo derrama con toda libertad…

Carne que despierta como de un sueño profundo; que se mueve y se tuerce, se abre y libera el vapor lujurioso que penetra cada centímetro de mi piel
hasta saciar esa sed sin límites...