Él estaba sentado en un banco de una plaza, el día estaba muy caluroso
Casi no se podía respirar, el aire caliente y su cuerpo sudado,
Ella se había acomodado a la sombra de un árbol a leer un libro,
Él la mira y le sonríe, ella hizo lo propio esbozo una leve sonrisa,
Alcanzó para que él se le acerque.
-Él dijo ¡hola!
-Ella solo sonrió y se acomodó el pelo.
Hablaron de todo un poco, nada profundo ni muy personal; así pasaron unas horas.
Ella dijo –es hora de que me vaya.
Él dijo – ¿te molesta si te acompaño?
-¡No!
Caminaron cuatro cuadras y ella dice – es acá donde vivo, ¿quíeres pasar?
-Sí, claro.
No llegaron mas lejos que a la escalera, cuando él le roba un beso,
Ella le corresponde con un abrazo,
-¡Quiero hacerte el amor!
-¡y yo quiero que lo hagas!
Subieron corriendo hasta el primer piso, mientras se iban sacando la ropa,
Él la aprieta contra la pared y se frota contra sus pechos, ella está muy caliente; le desabrocha el cierre del pantalón y mete su mano.
Ella está sudada y muy acalorada, él mete sus manos por debajo de su blusa para tocar sus pezones.
Quedaron a mitad del pasillo, solo eran sus manos por todas partes cubriendo cada milímetro de sus cuerpos; besos apasionados y deseos promiscuos.
-ya casi, ¡ya casi! Si, si.
Casi no se podía respirar, el aire caliente y su cuerpo sudado,
Ella se había acomodado a la sombra de un árbol a leer un libro,
Él la mira y le sonríe, ella hizo lo propio esbozo una leve sonrisa,
Alcanzó para que él se le acerque.
-Él dijo ¡hola!
-Ella solo sonrió y se acomodó el pelo.
Hablaron de todo un poco, nada profundo ni muy personal; así pasaron unas horas.
Ella dijo –es hora de que me vaya.
Él dijo – ¿te molesta si te acompaño?
-¡No!
Caminaron cuatro cuadras y ella dice – es acá donde vivo, ¿quíeres pasar?
-Sí, claro.
No llegaron mas lejos que a la escalera, cuando él le roba un beso,
Ella le corresponde con un abrazo,
-¡Quiero hacerte el amor!
-¡y yo quiero que lo hagas!
Subieron corriendo hasta el primer piso, mientras se iban sacando la ropa,
Él la aprieta contra la pared y se frota contra sus pechos, ella está muy caliente; le desabrocha el cierre del pantalón y mete su mano.
Ella está sudada y muy acalorada, él mete sus manos por debajo de su blusa para tocar sus pezones.
Quedaron a mitad del pasillo, solo eran sus manos por todas partes cubriendo cada milímetro de sus cuerpos; besos apasionados y deseos promiscuos.
-ya casi, ¡ya casi! Si, si.
-Así ¡ahí, así si, hayyyyyyyy!
Gemidos susurrados que a la hora del orgasmo, revelan el placer.
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Gemidos susurrados que a la hora del orgasmo, revelan el placer.
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